Blogia

Ojo de oro

Penalty a la libertad

Gran parte del estadio canta. Algún militar-carcelero se siente ofendido. Pide que se callen.

El árbitro pita penalty a favor de los alemanes. Protestas. Silencio.

El balón en el punto. Un alemán preparado para lanzarlo. El portero aliado, de azul, dispuesto a pararlo. Tras él, la portería. Tras la portería banderas rojas con esvásticas.

El alemán chuta. Stallone para el penalty.

Alegría desbordada de los presos. Tristeza de los opresores.

Acariciada por la guitarra

Pared azul. Suelo, aparentemente, de parquet. Quizá de gres imitando madera. Da lo mismo.

Sofá rojo. Sentada en él, una chica. No se le ve la cara. Destacan sus piernas. Largas, delgadas, coronadas por un pantaloncito ajustado.

Apoyada sobre la pierna derecha, una guitarra. Acaricia con su mástil la pierna de nuestra desconocida y fantaseada amante. Roce suave, erótico, sutil.

Ella, nuestra fantaseada desconocida, devuelve la caricia a la guitarra. Amor sincero. Amor casto. Incita a los pensamientos lujuriosos, pero el decoro es máximo.

Quisiera ser esa guitarra.

La libertad es una mujer

Muertos en primer plano.

Sobre ellos, la libertad. Caminando con diligencia. Avanzando con Francia. Con la libertad, por la libertad. Porque ella es la libertad en si misma.

Su vestido se ha roto. Se le ven los pechos pero no se tapa. No hay pudor cuando está en juego la libertad, cuando se está guiando a un pueblo contra la tiranía.

El pueblo se une. Uno que no luchó por la Libertad, le pinta y se retrata junto a ella. Se sienten fascinados y darían la vida por ella.

Junto a la Libertad, pobres y ricos. Su causa une a harapientos con pistolas y burgueses con fusiles. Une los cantos anarquistas y el pensamiento de la Derecha histórica. A la Libertad no le importa qué ropa vistes. Le importan las personas. Le importas tú.

El plomo y la vida

Le dispara.

Del agujero que la bala ha hecho en su pecho aparecen dos pájaros.

El muerto tendido en el suelo. Los pájaros vuelan.

De la muerte surje la belleza, la libertad. El alma del muerto se alegra de su proyección. El cadaver descansa en paz. Su muerte ha sido productiva.

Pinball Wizard

Un hombre de pequeña estatura, grandes gafas y gorro de lana toca el piano en una máquina de Pinball.

Comienza a cantar ante un público enloqucido. Aparece un joven absorto en su partida. El hombre de pequeña estatura lleva botas gigantescas, a modo de zancos.

El joven aumenta su puntuación, supera los 4.000, los 5000, los 6.000, los 7.000, los 8.000 y los 9.000.

Salta al escenario The Who, tiran la batería, rompen la guitarra y el público comienza a subir al escenario.

Orgía frenética de imágenes, las mujeres adoran a Tommy, el joven autista. Su nombre se ilumina.

El pequeño hombrecillo de las grandes botas es sacado a volandads por los espectadores. Cuatro mujeres sacan a Tommy a hombros.

Torero.

Enamórate y consigue que te rompan el corazón.

Jorge Otero le preguntó a Elliott Murphy en febrero de dos mil:

J.O. - Tengo un cierto "bloqueo de escritor". Necesito escribir canciones para el nuevo disco pero no acaban de llegar. ¿Alguna sugerencia?
E.M. - Enamórate y consigue que te rompan el corazón. Eso es lo que Doc Pomus (que escribió "Save the last dance for me" me dijo hace unos 20 años cuando le pregunté lo mismo en el Lone Star Cafe en New York.

Desde entonces, tras muchos días de lluvia y corazones rotos, cada vez lo tengo más claro. No hay mejor forma de componer que con el corazón roto. Noches en vela, el cerebro revolucionado, miles de ideas que se dan cita simultáneamente, recuerdos y la desesperación de saber que siempre ha sido por mi culpa.

Más noches en vela, más burdeles, más cariño de los amigos que siempre están ahí, más drogas, más endorfinas, más testosterona, más días de lluvia... más creatividad.

Mi niñez partida en dos

8, 7, 6, 5, 4, 3, 2...

Fondo gris, siluetas negras. Imagen triste, como las armas si no son las palabras.

Al fondo, una foto de Salvador.

Manifestación y cuatro personas de negro. De luto por el preso que paga el sueldo de una ley hecha a medida del poder.

El año que mataron a Salvador, yo tenía trece años...

Siluetas negras, fondos rojos, gritos y susurros, imágenes de archivo, España en blanco y negro.

La prensa explica como funciona nuestro castizo garrote vil.

Fondo rojo, cantando de negro, mirada perdida, recuerdos de aquel día.

Fondo rojo, siluetas negras, gritos y susurros, reflexión, tristeza, pena, impotencia. Aparece el general que firmaba penas de muerte con bonita letra.

Salvador en moto, abajo, a la izquierda de la imagen, cuatro siluetas pequeñas, que se van para dar el protagonismo a uno de tantos que mató un ejército de hombres derrotados.

En tu nombre tienes un ojo de oro

El señor Toro le dijo a Alejandro Jodorowsky:
"No me extraña que aprendas rápido, porque en medio de tu nombre tienes un ojo de oro".

De lunes a jueves me despierto con una ilusión, que lleguen las 00:00 para ver Diario de la noche y que, sobre las 00:50, Alejandro Jodorowsky comente su buena noticia.

01:00, Fernando Sánchez Dragó cierra su programa del día, pero ya es el día siguiente. Recita su bordón y cierra su seguidilla.

Ya me puedo ir a dormir feliz.

Siete horas después vuelvo a despertarme con la alegría de saber que volveré a ver a ese binomio mágico, psicomágico, Fernando Sánchez Dragó y Alejandro Jodorowsky.