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Ojo de oro

Acariciada por la guitarra

Pared azul. Suelo, aparentemente, de parquet. Quizá de gres imitando madera. Da lo mismo.

Sofá rojo. Sentada en él, una chica. No se le ve la cara. Destacan sus piernas. Largas, delgadas, coronadas por un pantaloncito ajustado.

Apoyada sobre la pierna derecha, una guitarra. Acaricia con su mástil la pierna de nuestra desconocida y fantaseada amante. Roce suave, erótico, sutil.

Ella, nuestra fantaseada desconocida, devuelve la caricia a la guitarra. Amor sincero. Amor casto. Incita a los pensamientos lujuriosos, pero el decoro es máximo.

Quisiera ser esa guitarra.

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